Nombre científico : Tupinambis merianae
Ubicación: Todo el este de Argentina
Tamaño: Llegan a medir más de 1,30 m.
Características generales:
Habitan la tierra abierta, generalmente cubierta de largos pastizales. Su hábitat natural lo representan tanto las pampas abiertas hasta zonas selváticas, ya que son animales muy adaptables. Son reptiles terrestres pero nadan, trepan y excavan. Poseen lengua bífida. Soportan muy bien el clima y sus variaciones. Son lagartos muy inteligentes y bastante resistentes a los cambios.
Diferencias sexuales:
El macho se diferencia de la hembra por poseer un cuello más robusto, en forma de papada, con su cola mucho más ancha en su base y porque generalmente alcanzan mayor tamaño y corpulencia.
Ambientación:
Estos animales crecen mucho y muy rápido, por lo que es conveniente si se lo tiene de pequeño ambientar un terrario de tamaño considerable para que no le quede chico enseguida. Las medidas aproximadas para un ejemplar pequeño son de 80x40x50 cm. y para un solo adulto de, al menos, 120x80x80 cm. La tapa del terrario debe brindar una buena ventilación, para lo que recomendamos que sea de mosquitero. Estos animales pueden alojarse en un recinto en el exterior, brindándoles algún tipo de protección en el invierno.
El sustrato puede ser turba (sola o mezclada con algo de arena esterilizada), tierra limpia o corteza, pasto sintético (para animales jóvenes solamente) o baldosas. También se puede usar papel de diario, pero las otras opciones permiten al animal excavar e incluso enterrarse.
Es importante colocar uno o dos escondites oscuros que le permitan sentirse resguardado, hecho con piedras, troncos, cajas o recipientes de plástico dados vuelta, donde la humedad del sustrato se mantenga algo más alta que en el resto del terrario, aunque no debe estar "empapado".
Necesitan un recipiente con agua limpia y fresca pegado al piso o puesto bajo nivel para que no pueda ser volcado, y que tenga tamaño suficiente como para que el animal pueda bañarse en él.
Se puede decorar con troncos, piedras y plantas no tóxicas tipo arbustivas o yuyos.
Iluminación:
En la naturaleza, el tegu argentino pasa varias horas del día tomando sol, lo que consiste en algo fundamental para los reptiles, ya que solamente mediante los rayos solares el organismo puede asimilar y fijar el calcio. En cautiverio, los rayos solares son reemplazados por un tubo de espectro completo (rayos UV) especial para reptiles; si no se utiliza dicho tubo el animal puede sufrir serias afecciones como el síndrome de deficiencia cálcica.
Un tegu argentino que está en un ambiente luminoso durante el día estará bien con unas 8 horas con el tubo encendido, pero aquellos animales que permanezcan en habitaciones oscuras, deben tener al menos 10 horas diarias de tubo UV.
En verano, con la temperatura exterior no inferior a 26º C, se puede sacar al tegu a tomar sol al exterior dentro de una jaula o con una correa (estos animales escapan fácilmente y es muy difícil volver a encontrarlos). Nunca lo saque dentro de una pecera de vidrio ya que éste concentra el calor y el animal puede sofocarse.
Temperatura:
Todos los reptiles son animales de “sangre fría”, lo que significan que regulan su temperatura corporal por medio de fuentes exteriores de calor. La temperatura adecuada es indispensable para su bienestar, salud y la correcta digestión de los alimentos. Un lagarto “frío” decae en actividad, tendrá problemas de digestión o simplemente no comerá, debilitándose y favoreciendo el ataque de enfermedades, tales como infecciones respiratorias.
Al ser animales autóctonos (propios de nuestro país) el tema de la temperatura no es tan problemático como en otros reptiles de zonas más tropicales, sin embargo proveer el gradiente termal adecuado es un factor clave para su mantenimiento en cautiverio.
La temperatura ideal durante el día es de entre 24º y 30º C, con un área de reposo (con una fuente de calor particular) entre 32º y 38º C. Durante la noche la temperatura puede descender hasta los 18º C.
El frío, además de ser nocivo, puede inducir al animal a hibernar, lo que, para un reptil que no está en excelentes condiciones físicas y bien alimentado, significa la muerte.
Se pueden usar si se considera necesario piedra calefactora, placa térmica, lamparitas, spots o bulbos cerámicos. Tanto los bulbos como las lamparitas y los spots deben estar fuera del alcance del animal para evitar quemaduras.
La humedad ambiente es suficiente (de aproximadamente 70%). El escondite debe estar un poco más húmedo que el resto del terrario. Se puede rociar una o dos veces por semana.
Alimentación:
El tegu argentino es un animal muy voraz, con apetito prácticamente insaciable. Comerá lo que se le ofrezca en las cantidades que se le provea; pero son particularmente propensos a la obesidad, y esta condición es muy nociva para su salud. Si se observa un animal con el vientre demasiado abultado y con los pliegues de la piel característicos de los flancos estirados, es necesario que se reduzca la ingesta y su frecuencia. Es preferible dejarlos con un poco de hambre que alimentarlos en exceso.
Estos animales son muy bruscos a la hora de comer, y por consiguiente, poco higiénicos. No es raro que dispersen la comida por el suelo y la pisoteen. Los platos de plástico para perros pueden resultar muy útiles en este sentido. Una vez que el animal haya comido todo, se retira el plato y se limpia la suciedad y los restos ya que pueden generar la proliferación de bacterias.
Los animales pequeños (menos de 6 meses) deben ser alimentados día por medio, luego se los alimenta 3 veces por semana y de adultos deben comer cada 3 o 4 días. Esto es meramente una guía, pero cada animal puede tener sus costumbres por lo que esto puede variar un poco.
Los tegus pequeños en crecimiento deben alimentarse de insectos de criadero (ya que no contienen restos de insecticidas o pesticidas), alimento balanceado para gatos , ocasionalmente ya que ocasiona diarrea, huevo duro en pequeños trozos suplementado con vitaminas, manzana, banana, tomate y zapallito de vez en cuando.
Para animales de más de 50 cm. de longitud (incluida la cola), además de los alimentos mencionados se recomienda agregar a la dieta presas vivas. Pueden ser ratones o pollitos de tamaño adecuado; la regla de oro es que el tamaño de la presa no sea mayor que el largo de la cabeza ni más ancha de la mitad del ancho de la misma. Además consideramos beneficioso ofrecer regularmente frutas y verduras, especialmente aquellas ricas en vitamina C (no cítricos) como el kiwi y la manzana, ya que esto ayuda a evitar los problemas durante la muda de piel.
Los animales pequeños deben recibir suplementación de calcio y vitaminas para reptiles (Tetra ReptoCal y ReptoLife) en todas las comidas. Los adultos deben recibir la suplementación una vez por semana aproximadamente.
En el terrario debe haber, como ya dijimos, un recipiente con agua limpia y fresca para que el animal pueda beber.
Higiene:
Es importante mantener la higiene dentro del terrario ya que es otro punto clave para la tenencia de reptiles en cautiverio. Los tegus en particular son animales “desprolijos” y defecan en cantidades increíbles, por lo que este aspecto debe ser mejor cuidado aún.
Si el recinto del animal se encuentra en malas condiciones sanitarias, con restos de orina, materia fecal y comida, el agua está sucia, etc. se genera la proliferación de bacterias y gérmenes que ponen en riesgo la vida del animal e, incluso, se pueden afectar la salud de su dueño.
Recomendamos cambiar el agua todos los días o día por medio y lavar el recipiente con detergente (enjuagándolo bien antes de volver a colocar el agua). Los excrementos y la orina deben retirarse todos los días, así como los restos de comida. Si se mantiene una higiene diaria, solamente se tendrá que hacer una limpieza total del terrario 3 o 4 veces al año.
Otros:
Los tegus salvajes (cazados de la naturaleza para la venta ilegal) son lamentablemente los más numerosos en nuestro mercado y suelen ser bastante más agresivos, sobre todo los adultos, que los criados en cautiverio. Recomendamos siempre tratar de adquirir animales de cautiverio.
Una vez adquirido el animal, resista la tentación de manipularlo. Deje que se habitúe durante algunos días a su nuevo hogar antes de comenzar a relacionarse con él. Una vez que comience a comer y a asolearse, empiece lenta y paulatinamente a manipularlo alrededor de 10 minutos diarios. Tenga en cuenta que son muy susceptibles al stress y no tomarán de buena gana tal atrevimiento al principio; incluso podrán morder. Una típica muestra de disconformidad es elevarse en sus cuatro patas, serpenteando la cola lentamente y bufando mientras infla y desinfla los pulmones. A medida que pase el tiempo y el animal crezca, la frecuencia del manipuleo debe incrementarse poco a poco, hasta que largos períodos fuera del terrario se conviertan en parte de su rutina diaria. Es importante comenzar con animales jóvenes, así las mordeduras y rasguños que puedan producirse no generarán más que un sobresalto. Con paciencia y manejo metódico, prácticamente todos los tegus se transforman en criaturas dóciles.